Historia de las Coladeras
"¡aguas, aguas!", como advertencia ante alguna situación inadecuada
Hay elementos de la estructura de hogares, pueblos y ciudades, que pasan totalmente inadvertidos ante nuestros ojos. Uno de ellos son las coladeras.
Se cuenta que la frase "¡aguas, aguas!", como advertencia ante alguna situación inadecuada, surgió por la falta de esta estructura y sistemas de desagüe. La historia dice que, todavía en el siglo XIX, la gente aventaba directamente sus deshechos corporales a la calle y, para no sorprender al andante, se le advertía con esta expresión.
Aunque existían sistemas de desagüe desde la antigüedad, la asepsia y la higiene son muy recientes en la historia humana. Junto a la formación de ciudades, aparecieron diversas enfermedades y nuevos requerimientos de salud. Así surgió la necesidad de un filtro sanitario que permitiera un escape a las aguas, mientras los sólidos permanecían superficialmente.
Su aparición sigue siendo una incógnita perdida entre los siglos XVIII y XIX tras la revolución industrial, pero algunos aseveran que surgieron con el primer drenaje moderno, en París, Francia, en los años 1800.
Las coladeras hoy
Su uso interior es para dar salida a las aguas servidas, es decir, aguas que ya han sido utilizadas, sean grises o negras. Sin embargo, en el hogar como en los sistemas de alcantarillado, el uso de coladeras tiene otro fin que consiste en servir como fuga para el agua pluvial y evitar inundaciones.
Las hay desde las más básicas, redondas y pequeñas, con una sola pieza, hasta las formas más elaboradas, de gran extensión y diversos materiales, así como de múltiples elementos para mayor sofisticación en usos especializados como el químico, médico o industrial.
Hoy en día, su uso es tan común que pasan desapercibidas. Incluso, en Japón las hay en la vía pública con elementos artísticos únicos en el mundo. Así que mira a tu alrededor y, al descubrir coladeras, pregúntate cómo una tecnología tan necesaria puede pasar tan inadvertida.
